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Editorial



DESEMPATE TÉCNICO:


A las aseveraciones que hizo Leoncio Morán respecto a que ya logró un empate técnico con Indira Vizcaíno (considerando el margen de error de las encuestas), Mely Romero respondió con otra afirmación:

La final en la elección por la gubernatura será entre dos mujeres, dijo la aspirante del PRI-PAN-PRD. Es decir, entre Romero Celis y Vizcaíno Silva. Aunque Mely omitió en esta frase que la abanderada de Morena-Nueva Alianza sigue siendo puntera en todas las mediciones.

Sobre el liderazgo de Indira en las encuestas, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, dijo el sábado 24 de abril en Manzanillo que “en Colima vamos muy bien: dos a uno contra los demás”. De hecho, “tenemos buenos números en todos los municipios, los distritos locales y los dos federales”.

En rueda de prensa, Delgado Carrillo denunció a quienes “en su desesperación sostienen una campaña que denigra la política y raya en la agresión y la violencia política de género”. Y en clara referencia a Leoncio Morán, adelantó que “vamos a impugnar” al candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura, quien “parece ser el empleado del PRI” pues “le está haciendo el trabajo sucio”.

Entramos a una guerra de marketing donde quien va arriba no se quiere enganchar en la polémica, ya que eso implica levantar al que está abajo. Y sí, es una lucha entre dos, como dijo en su visita a Colima el vicecoordinador de la bancada de MC en San Lázaro, Clemente Castañeda. Una lucha entre dos, pero entre el naranja y el PRIAN... ¡por el segundo lugar!

Por cierto, la postura de emecistas y prianistas deja en claro que Virgilio Mendoza, candidato del Verde a gobernador, está fuera de encabezar ese proyecto de llamar al voto útil en favor del candidato del Tumor (Todos Unidos contra Morena) que más se acerque a la puntera.

Dolido con sus aliados de facto, el ecologista reviró diciendo que el equipo Verde “está más fuerte que nunca”. El candidato desestimó encuestas amañadas y falsas declinaciones, “es mercadotecnia barata”, aseguró.

“No les crean nada a esas personas ni a esas notas ni a esos chismes que buscan calumniarnos. No confíen en ellos, ya nos traicionaron y nos engañaron antes, y ahora, como no pueden contender limpiamente, buscan manchar nuestra imagen.”


ENTRE MUJERES:


Quien conozca el tema de las encuestas al nivel más elemental, sabe que siempre que los candidatos van en desventaja intensifican su campaña con una doble estrategia: por un lado, tratando de influir en el ánimo de la población diciendo que su proyecto va rampante y, por otro, echando mano de la guerra sucia. La campaña de Locho contra Indira suma las dos vertientes.

Dados los antecedentes de fraude electoral y guerra sucia de quienes se ostentan como jefes políticos de la coalición Va por Colima, esperábamos lodo por parte de algunas figuras del PRIAN. Pero Locho resultó más agresivo.

Para que no lo acusen de incurrir en violencia política de género, tiene como vocera a la regidora capitalina Magda Ureña. Morán Sánchez usa a otra mujer para generar así, sin sospecha de misoginia, ataques sistemáticos contra la candidata de Morena.

Sin embargo, cada ataque de Locho confirma que Indira se ubica muy arriba de su más cercano competidor. Quizá por eso los morenistas ni se preocupan por entrar en la guerra de encuestas: Leoncio Morán ya reconoció tácitamente que va a la zaga. De hecho, las encuestas colocan al líder de MC en tercera posición.

De mantenerse las tendencias e invocando la narrativa del nado sincronizado sobre la supuesta final, ésta sería entonces entre dos mujeres: Indira y Mely.


CONFIESO QUE HE MENTIDO:


Por muy premeditada e intensa que resulte la campaña negra de Locho contra Indira, el abanderado de MC no puede posicionar tantas historias en internet o en spots de radio y televisión. O le da peso a la campaña negra o a sus propuestas o al argumento del empate técnico. No es posible todo.

Esta narrativa del empate técnico cae ante lo evidente. Si fuera cierto que Locho alcanzó virtualmente a Indira, ya se le hubieran sumado Virgilio y Mely. No olvidemos que todos los candidatos hacen sus propios estudios de opinión y, si fuera verdad lo que Morán cuenta, los otros dos habrían declinado en su favor.

Los mercadólogos recomiendan que las encuestas reales no se publiquen. Son para consumo interno. En cambio, se difunden en formato de propaganda las encuestas cuchareadas. Si los sondeos serios que mandó hacer Locho revelan que Indira lleva una ventaja que sólo podrá reducir

con una campaña negra, muy negra, esa encuesta realista jamás la publicará MC.

El otro indicador que prueba la ventaja de Indira sobre Locho es la misma rueda de prensa que ofreció Clemente Castañeda. No se necesita ser un experto en lenguaje corporal para percatarse que sus expresiones faciales traicionaron al dirigente de MC. Se notaba en el rostro desfigurado que estaba mintiendo. Y como una mentira pesa en la conciencia, seguramente lo que hizo el senador jalisciense fue irse a confesar enseguida.

Cantar una recuperación milagrosa es el mismo argumento que usó el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, cuando consideró a Virgilio Mendoza el más viable aspirante a la candidatura de la 4T a la gubernatura de Colima. Aquella mentira también cayó por su propio peso, porque las campañas no se sostienen sólo con mercadotecnia. Hace falta un mínimo asidero a la realidad.


MELY, FRENADA:


En la disputa por el segundo lugar, Mely Romero asegura también ser la candidata que más ha crecido. Pero ni ella misma se ve convencida de estar apenas cuatro puntos detrás de Indira.

Para colmo, en lo que pensaron una jugada maestra, los estrategas de la coalición Va por Colima usaron el membrete de Frena (originalmente un Frente Nacional Anti-AMLO, Frenaa, luego redefinido como Frente Nacional Ciudadano) para avalar la candidatura de la exsenadora.

De entrada, está claro que el representante en Colima no maneja bien los datos duros: afirmó que esa organización de ultraderecha tiene en la entidad más de 400 mil simpatizantes, un número que ningún partido tiene y el PRI ya quisiera tener de votantes.

Sólo las páginas de noticias de los periodistas que integran el equipo de nado sincronizado tienen tantos seguidores, porque los compran en granjas de bots en Rusia, Chile o la India.

El aliado fue mal elegido. Frena quedó completamente desacreditado después del plantón en el Zócalo, donde mostraron que tenían más casas de campaña que activistas. De mil maneras, ese frente ha demostrado ser parte de una estrategia de la mafia del poder para socavar la legitimidad del presidente López Obrador.

¿Los prianistas están realmente conscientes de cuánto los puede perjudicar, más que ayudar, el apoyo de Frena?

No olvidemos que ese movimiento reaccionario surgió para orquestar el golpe de Estado contra un gobierno legítimamente constituido. Pero la

campaña resultó fallida, y AMLO sigue estando arriba en los niveles de aceptación


¿ERROR FINGIDO?


De Sergio Jiménez Bojado se puede decir que, casualmente, siempre está en las mejores regadas. Pero ahora se debate si fue a propósito o una muestra de su incapacidad el desliz del sábado 24 de abril, cuando presentó a Mario Delgado como “presidente del comité ejecutivo nacional del PRI”.

No podemos ignorar a quién estuvo sirviendo Sergio hasta el momento en que el partido se decidió por Indira Vizcaíno: la diputada federal Claudia Yáñez, quien dejó las filas de Morena para aceptar ser candidata de Fuerza por México.

Dado que Claudia hizo durante la precampaña el trabajo sucio que ahora está haciendo Locho, muchos piensan que Jiménez Bojado saboteó intencionalmente un evento donde Mario Delgado haría anuncios tan importantes como que Indira va dos a uno respecto a su más cercano competidor o que Morena va a impugnar a Morán Sánchez, “empleado del PRI” que “le está haciendo el trabajo sucio” al Tumor.

Si en verdad fue un error fingido, al dirigente estatal morenista se le olvidó que al recibir la primera plurinominal al Congreso local, quedó liberado del compromiso con sus antiguos patrones. Cuando lo premiaron sin ningún merecimiento con una diputación local segura, Sergio debió darle la espalda a quienes lo apoyaron para llegar y mantenerse en la dirigencia estatal, donde no hizo nada para contribuir a la construcción y fortalecimiento del partido.

Sin embargo, si aceptamos que el error fue involuntario, el lapsus podría explicarse como una visión regresiva a las muchas reuniones a puerta cerrada con estructuras del PRI en las que Sergio acompañó a Claudia. Como aquellas durante la elección de 2018 en las que vendieron candidaturas de Morena a personeros del tricolor. O aquella otra, ya en la precampaña, cuando Yáñez recibió tanto apoyo del aparato priista como el que está recibiendo Mely Romero justo ahora como candidata.

Muchas expresiones dentro de Morena piden la renuncia de Sergio a la dirigencia estatal y que lo borren de la lista plurinominal, una posición inmerecida porque, insistimos, como dirigente estatal hizo trabajo nulo.

Por decencia, Jiménez Bojado debería desaparecer de la campaña. Lo dijimos en su momento, no es un vocero creíble ni mucho menos eficaz. Es más bien una bomba de tiempo.


VEO GENTE PRIISTA:

Siendo comprensivos con un político que con más de treinta años de trayectoria todavía tiene pánico escénico, cabe decir que era inevitable para Sergio Jiménez ver a Mario Delgado y no pensar en el PRI.

El presidente del comité ejecutivo nacional de Morena tiene esas maneras propias de todo priista. Hasta la estrategia de difusión que aplica cuando viene a Colima es la misma que podría seguir un jerarca del tricolor: hizo una visita de cortesía al periódico que, en últimas fechas, tanto se ha especulado respecto a una compraventa ficticia en la que estaría involucrado el propio Delgado.

Por cierto, se dice que esa operación mercantil fue simulada con fines de evasión fiscal o, bien, para justificar negociaciones comerciales entre los dueños –los mismos que ya conocemos– y quienes muy probablemente lleguen al gobierno estatal y a los ayuntamientos.

Entonces, cuando Bojado se excusa diciendo que al ver a Mario se quedó pensando en algo que le recordó al PRI, puede que haya sido el árbol genealógico del dirigente nacional de Morena:

Mario Delgado Carrillo es sobrino político del insigne priista Héctor Michel Camarena, que fue senador por la primera minoría en Colima. Para Sergio, la asociación de ideas era forzosa teniendo justo en frente, entre el público que atendía a la conferencia de prensa, a Héctor Michel Carrillo, primo hermano de su líder nacional y, nada menos, el empresario que va a seguir operando los negocios que tiene en su tierra natal el también exsenador y ahora diputado federal con licencia por un distrito de Ciudad de México.

En qué otra cosa si no en el PRI iba a pensar Sergio cuando presentaba a Mario, si los círculos políticos y sociales que frecuenta Delgado en Colima tienen un común denominador: son priistas.

Mario tiene una gran amistad con el gobernador Ignacio Peralta. En sus tiempos de estudiantes universitarios, en la ciudad de México compartieron departamento y formaron una fraternidad junto a Rubén Pérez Anguiano, actual secretario general de Gobierno, y al presidente del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, Bernardo Salazar.

Son esos antecedentes de Mario Delgado los que pudieron provocar la confusión de Jiménez Bojado. Sin embargo, muchos de sus compañeros en Morena opinan que el ‘involuntario’ error de Sergio no puede quedar impune. Y consideran que esta es la oportunidad de sacudirse a uno de esos actores con quienes los morenistas no se identifican.

Los militantes no entienden por qué en la cúpula partidista le tienen tanta paciencia a Sergio. Si hasta en Movimiento Ciudadano bajaron a Héctor Insúa de la candidatura a la diputación federal, bien pueden sacar a Bojado de la dirigencia estatal y, de una vez, de la lista plurinominal al Congreso local.


EL TÚNEL DEL TIEMPO:


Otro personaje que ya está metido de plano en la política ficción es Jorge Luis Preciado Rodríguez, candidato del PRIAN a la alcaldía de Manzanillo que no vacila al afirmar que va 20 puntos arriba de la edil con licencia Griselda Martínez.

Contra lo que se esperaba de un cuadro tan experimentado en movilización política y estrategia electoral, la campaña de Jorge Luis no prende. Es difícil competir con una candidata como la de Morena que, en busca de su reelección, no hace promesas de campaña sino refrenda la millonaria obra pública que realizó en poco más de dos años.

Con lo del túnel para unir por debajo del canal de navegación a San Pedrito con Las Brisas, literalmente, como dicen los regiomontanos Jorge Luis se la bañó. Y, como Locho con Indira, inventarse una encuesta tan inverosímil da cuenta de que sigue en la retaguardia y que su campaña no ha sido tan exitosa como muchos esperaban.

No obstante que Jorge Luis ha tratado de utilizar las mismas estrategias que usó como candidato a la gubernatura hace seis años, en Manzanillo esas acciones no pegan porque le pesa el desarraigo y el desconocimiento de la problemática en colonias, barrios y comunidades. Los porteños son muy localistas y están muy politizados.

La estrategia de Preciado está centrada en llamar la atención y no le avergüenza hacer las propuestas más ridículas. Antes de 2018, la gente se montaba en esas campañas estrafalarias por una concesión a los políticos que, como Jorge Luis, eran de oposición. Pero ahora es el candidato oficialista, representa a la clase gobernante en Colima y payasadas como esa de clamar que lo amarraron ‘como puerco’ o ponerse una máscara de luchador, ya no causan gracia.

Para su suerte, Griselda Martínez le obsequió una violenta imagen verbal: “Es para que lo corran a pedradas de aquí”. Hasta ahora no había encontrado Jorge Luis el pretexto para invertir los roles y convertirse en la supuesta víctima potencial de una mujer que, por si ya se les olvidó, sufrió un atentado a manos de sicarios pagados por las diversas industrias delictivas que operan en el puerto.

Pregonada por los periodistas del nado sincronizado, es inminente que la profecía de una chusma lanzando piedras al paso de Jorge Luis se cumpla a sí misma. Esperamos que, cuando eso ocurra, la prensa antigriseldista repita lo que dijo hace dos años del ataque a la alcaldesa: ¡es autoatentado!


SE VOLVIÓ OFICIALISTA:


El marketing político que en México desplegó exitosamente Vicente Fox, funcionaba cuando las elecciones eran simuladas. En el acuerdo para propiciar una alternancia política que no pusiera en riesgo la continuidad del modelo neoliberal, era creíble afirmar que el candidato panista venció a Francisco Labastida porque a éste le faltó el desenfado que le sobraba al exgobernador de Guanajuato.

En Colima, Jorge Luis hubiera podido vencer en 2015 al candidato de Los Pinos porque se presentó como un receptor de las denuncias sociales. Eso fue lo que funcionó en su campaña, no la máscara de Blue Demon ni el discurso pronunciado en un jaripeo de Tecomán a donde Preciado llegó visiblemente alcoholizado.

Romper esquemas le sirvió a Jorge Luis frente a un candidato tan acartonado como Ignacio Peralta. De hecho, la única posibilidad que sea auténtica esa encuesta que le da 20 puntos de ventaja, es que se trate de la última que se levantó antes de la elección de gobernador. Aquella que se anuló.

La política no sólo es forma, también es fondo, y si algo demostró el movimiento de Andrés Manuel López Obrador es una narrativa que no se reducía a frases ingeniosas como las de Fox, sino que le daban sentido a la realidad que vivían los mexicanos.

La mayoría de los votos que Jorge Luis consiguió en 2015 en Manzanillo, emigraron tres años después a Morena. No obstante ser la autoridad electa, Griselda representa la verdadera opción de cambio y la ruptura contra el régimen de privilegios y corrupción que, a mucha honra, hoy defiende Preciado.

Como le pasó a otra panista porteña, Martha Sosa, Jorge Luis perdió su valor como luchador social al momento en que dejó de ser oposición al gobierno para asumirse como un político oficialista.

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