Editorial
NO SON ARENA DEL MISMO COSTAL:
Eso de que el nado sincronizado dé por hecho las candidaturas de Griselda Martínez y Memo Toscano, de entrada genera absoluta desconfianza. Obvios como sus dictados, lo que buscan en esta ocasión es colocar en el mismo paquete los casos de la alcaldesa y del diputado cuando en realidad son figuras diametralmente opuestas. Mientras la dirigencia nacional de Morena no sabe cómo resolver la imposición de Toscano, en el caso de Griselda Martínez no halla cómo justificar su marginación.
No se necesita mucho para explicar el papel que ha jugado el legislador en el boicot a la 4T, ni se requiere tampoco repetir los sucesos que definieron su categoría de infiltrado en el movimiento lopezobradorista. A Guillermo Toscano la gente lo asocia con el grupo en el poder no sólo por su actuación legislativa sino porque tiene pleno conocimiento de que ahí radica su origen.
La principal carta política de Memo es la recomendación del priista Héctor Michel Camarena con su sobrino Mario Delgado Carrillo. Irónicamente, esa fortaleza es al mismo tiempo su principal debilidad por todo lo que esa generación de políticos representa en el imaginario colectivo. Al margen de las fobias heredadas, Toscano también es responsable de la animadversión hacia su persona. Su conducta pública no es, por mucho, ejemplar que digamos y eso es atribuible exclusivamente a él, quizás por eso ningún partido de los que componen el Tumor se anima a postularlo como su candidato.
Griselda no se encuentra exenta de polémicas (como sucede con cualquier persona que exponga su imagen ante la opinión pública) , pero lo cierto es que ninguno de sus adversarios se atrevería a negar su trayectoria en la izquierda colimense. No se puede cortar con la misma tijera a quien ha sido acusado de recibir sobornos para votar a favor de un endeudamiento millonario, y a una mujer que hace un par de años fue víctima de un atentado por combatir a la mafia política que opera el puerto. Como la situación de la alcaldesa de Manzanillo ha tenido resonancia hasta la ciudad de México, no faltó quien aconsejara a Toscano "subirse" al barco de la munícipe para, cuando menos, aparecer en los reportes de la inteligencia naval. Esos asesores, generalmente encubiertos en los medios de comunicación, pasaron por alto que el legislador independiente cuenta con un historial muy atractivo para engarzar expedientes.
¿LOS EMPRESARIOS PONEN, LOS EMPRESARIOS QUITAN?
Uno de los argumentos llevados a las mesas de negociación de Morena es la oposición de empresarios porteños a la reelección de Griselda Martínez. Tal vez haya mucha veracidad en el trascendido si tomamos en cuenta que la política "cero tolerancia" trazada por Andrés Manuel en sus últimas dos visitas al puerto, ha incomodado a gente notable de este sector. Curiosamente, los mismos hombres de negocios que dicen respaldar las aspiraciones de Rosa María Bayardo, son los mismos que se tomaron la foto con Jorge Luis Preciado días después del cabildeo de Rogelio Rueda.
Griselda no se ha prestado al negocio de los moches y eso tiene molestos a varios. La adquisición de maquinaria es otro ejemplo. Si los particulares inflaban las horas -renta, la administración municipal aplicaba la máxima de que es más barato comprar la unidad que arrendarla o concesionar el servicio.
Durante los últimos años, el apoyo electoral de estos influyentes hombres ha transitado del PAN al Verde y viceversa según lo determine el escenario del momento, pero siempre en el marco de las expresiones de derecha. Rosa María Bayardo Cabrera podrá reunir todas las características de la clase conservadora, mas no por eso su proyecto personal resultará más atractivo que el modelo de negocios planteado por Jorge Luis. El panista es un político- empresario cuya actividad primordial es precisamente hacer negocio desde el gobierno. ¡Y vaya que lo sabe hacer! Sus compañeros de facultad, podrían dar testimonio del vertiginoso ascenso económico sobre el hoy agricultor y empresario hotelero. En tan sólo 25 años saltó lo que tres o cuatro generaciones enteras podrían haber hecho.
Sea quien sea la candidata, ninguno de estos capitales manzanillenses apoyará el proyecto de Morena por una elemental razón: no comparten la visión cuatroteísta de separar el poder político del poder económico. Ese dicho presidencial de que "el pueblo pone y el pueblo quita" es para ellos una afrenta.
TUCOGR (Todos Unidos Contra Griselda):
Una de las cuestiones que más morbo generó a la creación del TUMOR, es saber quién traicionaría a quién. Acostumbrados a jugar de dos a tres pistas, los personajes más emblemáticos del PRIAN ya han buscado (por separado) acercamientos con la jerarquía morenista para concretar alianzas de facto. Si lo hicieron en el proceso interno ¿por qué habrían de limitarse en la elección constitucional?
Se sabe de buena fuente que colaboradores del diputado Preciado han propuesto a sus pares morenistas transmitir a la cúpula un acuerdo de votación diferenciada para el caso particular de Manzanillo. Testigos como todos los colimenses del conflicto real entre la alcaldesa y la diputada federal, el equipo de Jorge Luis se ha ofrecido como fuerza sustituta ante el probable veto a Griselda. En realidad quieren utilizar a Rosa María Bayardo como lo pretendieron hacer con Claudia Yáñez. Aceptar el trato significaría para Morena quedar a merced de ellos y poner en peligro toda la elección. Un riesgo demasiado alto con tal de ejercer el principio de autoridad en el partido y de paso obtener un jugoso contrato por el servicio de grúas. La ecuación ganar-perdiendo no es, por consecuencia, aplicable al caso.
En una elección concurrente como la de 2021, el municipio costero se convierte en la joya de la corona porque su amplia votación no sólo define el resultado de la jornada electoral, sino el destino de todo un sexenio. El verdadero interés de estos grupos no es la administración de las arcas municipales, lo que desean es recuperar los mandos de la seguridad pública y revocar los avances de la 4T.
