La verdad se tiene que decir con presupuesto o sin él: Max Cortés
- Humberto Silva Torres
- 7 jun 2018
- 2 Min. de lectura

Entrevistado por Ecos de la Costa para su versión digital, el conductor de radio Max Cortés Zepeda, habló sobre la situación actual del periodismo en Colima y las prerrogativas a las que acceden algunos medios de comunicación como producto de los nexos con el poder político. Desde la perspectiva de Cortés, la actividad periodística ha evolucionado debido a la amplia penetración de las redes sociales; no obstante, agrega, “todavía hay una élite que se encarga del tema oficial”. Con más de 28 años en el ejercicio de su profesión, el conductor del noticiero de La Mejor FM identifica tres vertientes del periodismo: el oficial, el oficialista y el crítico. Sobre el primero, explica que son aquellas producciones institucionales surgidas, pautadas y difundidas por el gobierno en cualquiera de sus niveles. Respecto al segundo, ubica a los medios que tienen cierta relación comercial con el gobierno a través de convenios, los cuales se dedican a hacer un “periodismo plano, que atiende solamente la base oficial y que incluso juegan a ser los promotores del discurso oficial”. La tercera vertiente, continúa, la representan “quienes hemos estado haciendo un trabajo de análisis, de reflexión, de crítica en todos los aspectos pero que contamos una realidad que muchos otros medios no cuentan”. En la opinión del experimentado periodista, el flujo informativo que circula por la red ha permitido a los propios usuarios identificar aquellos medios que están difundiendo el discurso oficial que pretende ocultar y distorsionar nuestro acontecer: “hay una realidad innegable, como el tema de la inseguridad, una de las cosas más desastrosas que ha ocurrido en estos últimos tres años”. COMPRADORES DE CONCIENCIAS Dado que la mayoría de los medios de comunicación no visualizan la línea editorial como su verdadero eje -apunta Cortés Zepeda-, existen personas que caen en la tentación de comprar conciencias. “Claro, las empresas deben tener ingresos, pero no por eso tienen que estar subyugadas a un solo interés. Hay quienes desde el poder piensan que solamente los convenios sirven para aplacar líneas editoriales y me parece que eso no funciona así”. Contundente como lo ha caracterizado su ejercicio profesional, discrepa de los funcionarios que asocian las críticas a un método de negociación económica: “Esas personas con mente muy pequeña tienen una concepción de la realidad muy absurda: ‘porque no te doy dinero estas criticando’. No. Me parece que la verdad se tiene que decir con presupuesto o sin él”. No obstante, recalca que existen periodistas que desde la posición más cómoda “tratan de matizar y maquillar los desaciertos de los gobernantes”. Sobre la relación presupuesto-línea editorial a la que se refiere, precisa que los medios han postergado su delimitación en perjuicio de su propia autonomía. "Un presupuesto, por más grande que sea va generar un beneficio, pero a costa de muchas cosas y una de ellas es la más importante: la credibilidad”. En la segunda parte de este material, nuestro entrevistado aborda las consecuencias de ejercer un periodismo independiente y el esquema mediante el cual se “fondean” a ciertas empresa de comunicación.
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